jueves, 2 de agosto de 2007

Un avez mas...

Tarde pero de forma prematura nos avisaron de un fuego de vertedero allá por Titulcia. Un lugar cercano a Ciempozuelos que se encuentra a unos 22 minutos del parque.
Pues nada. dimos clave 2 y nos dispusimos a marchar en dirección al fuego que se habia producido, sin causa justificada, en un vertedero casi ilegal, a las afueras de la localidad de Titulcia.

"Carretera y manta" y risas por el camino preparándonos con la equipación mas potente por lo que nos pudiéramos encontrar.
Y allá que aparecimos con un fuego que en un principio se había producido en un vertedero y la velocidad del viento lo había lanzado sobre un cortijo al que nos dirigimos, para defenderlo, aunque con el viento a favor, puesto que no había forma de pasar a zona quemada.

En el momento en que lanzamos las mangueras para formar el primer tendido, el viento que se encontraba casi en calma, subió d manera descarada y rápida para colocarnos entre las llamas y el camión. Una lengua de fuego de nos treinta metros, con unas llamas de unos cinco metros que avanzaban a una velocidad de unos 60 kilómetros por hora. Trampa de fuego que nos rodeaba. Me dispuse a poner otro tendido, para defender el camión de las llamas , mientras manolo, el cabo peña y antonio lo defendían. Josito nos cubría la espalda desde el propio camión, por la retaguardia, pero era imposible ya que lanzabas el agua, apagabas y se volvía a encender.

En mi punto el fuego me envolvió y su humo, producto de la combustión, me lanzo su mano para emborracharme y machacar mis sentidos, dejándome al borde de algún precipicio directo hacia la nada.
Hasta aqui, y justo hasta el momento en que conseguimos parar parte del incendio, en su vertiginosa dirección hacia una vivienda enorme que se encontraba allí y a la que defendíamos sin temer que el fuego también cambiante pudiera hacer de nosotros pequeñas partituras de insignificantes piezas del puzle de un fuego que personalmente me pudo costar el volver a casa.
Gracias a mis compañeros, que estaban allí, como yo. Gracias a la suerte que se corre en este trabajo. Pude salir de este enjambre de llamas sin control y acabar lo empezado, claro con descanso mientras los demás seguían rematando...
Porque mis piernas se doblaban al menor de los movimientos, y por ello doy las gracias a los que me rodeaban, en especial a Peñita, que me supo entender y aunque de menor grado y pocas ganas me mando descansar subido en el camión, cosa que hice por que no me quedaba otra y porque mi cuerpo lo pedía con especial dedicación a pesar de que mi mente pedía a gritos volver a darle caña al puñetero incendio, ya muerto y rematado...
Gracias josito, peña, sapo, lolo... gracias.

1 comentario:

Lito dijo...
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