jueves, 2 de agosto de 2007

Un avez mas...

Tarde pero de forma prematura nos avisaron de un fuego de vertedero allá por Titulcia. Un lugar cercano a Ciempozuelos que se encuentra a unos 22 minutos del parque.
Pues nada. dimos clave 2 y nos dispusimos a marchar en dirección al fuego que se habia producido, sin causa justificada, en un vertedero casi ilegal, a las afueras de la localidad de Titulcia.

"Carretera y manta" y risas por el camino preparándonos con la equipación mas potente por lo que nos pudiéramos encontrar.
Y allá que aparecimos con un fuego que en un principio se había producido en un vertedero y la velocidad del viento lo había lanzado sobre un cortijo al que nos dirigimos, para defenderlo, aunque con el viento a favor, puesto que no había forma de pasar a zona quemada.

En el momento en que lanzamos las mangueras para formar el primer tendido, el viento que se encontraba casi en calma, subió d manera descarada y rápida para colocarnos entre las llamas y el camión. Una lengua de fuego de nos treinta metros, con unas llamas de unos cinco metros que avanzaban a una velocidad de unos 60 kilómetros por hora. Trampa de fuego que nos rodeaba. Me dispuse a poner otro tendido, para defender el camión de las llamas , mientras manolo, el cabo peña y antonio lo defendían. Josito nos cubría la espalda desde el propio camión, por la retaguardia, pero era imposible ya que lanzabas el agua, apagabas y se volvía a encender.

En mi punto el fuego me envolvió y su humo, producto de la combustión, me lanzo su mano para emborracharme y machacar mis sentidos, dejándome al borde de algún precipicio directo hacia la nada.
Hasta aqui, y justo hasta el momento en que conseguimos parar parte del incendio, en su vertiginosa dirección hacia una vivienda enorme que se encontraba allí y a la que defendíamos sin temer que el fuego también cambiante pudiera hacer de nosotros pequeñas partituras de insignificantes piezas del puzle de un fuego que personalmente me pudo costar el volver a casa.
Gracias a mis compañeros, que estaban allí, como yo. Gracias a la suerte que se corre en este trabajo. Pude salir de este enjambre de llamas sin control y acabar lo empezado, claro con descanso mientras los demás seguían rematando...
Porque mis piernas se doblaban al menor de los movimientos, y por ello doy las gracias a los que me rodeaban, en especial a Peñita, que me supo entender y aunque de menor grado y pocas ganas me mando descansar subido en el camión, cosa que hice por que no me quedaba otra y porque mi cuerpo lo pedía con especial dedicación a pesar de que mi mente pedía a gritos volver a darle caña al puñetero incendio, ya muerto y rematado...
Gracias josito, peña, sapo, lolo... gracias.

lunes, 4 de junio de 2007

El Ahogado

Eran las cuatro de la tarde, solo las cuatro y el río tajo enseñaba su color aterciopelado en verde nada trasparente y bajo su injusta belleza se guardaba, para si, la trampa de la guadaña y con ella, cobrarse una victima.
Victima del alcohol y del agua. Se puede morir injustamente y hacerlo en seco o en una cama, pero morir a la sazón del paso de patos y pochas de agua, resulta poco comprensible. Innecesario para comprenderlo y difícil de digerir cuando te topas con un hijo, también afectado por el alcohol que llora de rabia por no poder recuperar a su padre al que tenía cogido de la mano cuando este, casi sin conocimiento se lanzó al agua, para encontrarse con su final.
Un hijo como nosotros que ve como la muerte se lleva sin sorpresas a un padre ebrio, enjuto e insignificante a los ojos de otros que mueren lejos del río.
Un lección de la vida cruda que nos ha dejado como espectadores sin juicio, buscadores de muertos y recuperadores de huesos y carnes que ya no respiran ni lloran ni se rien.
Nos dejan manejarlos y transportarlos al saco y nos dejan sin palabras sin actos, nos alejan del normal sucumbir respirando ciudadanía para adentrarse por el cañón de la luz hacia el limbo menos deseado.
Algo mas que tristeza aparece en la memoria de los que allí estábamos, algo mas que desaliento en un baile de miradas y silencios sin preguntas ni respuestas. Solo respirábamos y mirábamos dentro del trabajo a hacer y no nos quedaban mas ánimos que la espera y la llegada del ya no vivo y el lamento de un hijo desaparecido de la bondad escondido en un infierno de dudas sobre el terror de la imagen, ultima imagen, de su padre desapareciendo entre el terciopelo verde de un río traidor que no hizo nada por una vida ni por su muerte. Siendo espectador natural de este frenesí que cautiva y da mas miedo que sorpresa.
Ahora no seria bueno pensar....

viernes, 20 de abril de 2007

CAPITULO CUARTO : A TREINTA GRADOS DE LA LOCURA


Las estadisticas médicas dicen que la cabeza del cuerpo humano no puede resistir un impacto de calor superior a los 80-85 º C.

Dicen también los médicos especializados que a partir de sesenta y cinco grados se producen golpes de calor que generan trastornos fisicos y psiquicos importantes. De ahí que se eviten contactos directos con la llama, o con la bestia almacenada en recintos con temperaturas superiores a los mil grados en la parte alta de los mismos.

Este capítulo va referido a los calores a los que el bombero queda expuesto. Los mas valientes aciertan a decir que este tipo de trabajo es un autentico chollo. Que no hacemos ni hambre para ganar el sueldo que recibimos. Los que mas nos admiran, a nuestro colectivo, dicen que es grande el riesgo y poco lo que ganamos. Los bomberos a los que nos gusta este trabajo, creo, pensamos que no es cierto ni lo primero ni lo segundo. Bien es cierto que existen días en los que no tenemos necesidad de salir a algún siniestro y también en el polo opuesto que los riesgos están valorados en caso de que ocurran y que estas situaciones límite viven asumidas en el interior de cada uno de nosotros.

Es difícil muchas veces expresar en su totalidad, la vida que llevamos en este trabajo. Es silencioso el dolor por quemaduras. Esto casi no vende.

Pero cuando hay que trabajar ninguno de nosotros vuelve la cara,ninguno dice que esta enfermo ni que mido tengo, aunque lo tenga. Aqui no es posible decir no a un trabajo.

Cuando los bomberos españoles principalmente, van a algún curso especializado a las instalaciones inglesas, quizás las mejores del mundo, para impartir clases a modo de escuela, a estos, se les someten a trampas de calor, pruebas que no harían ellos mismos . Y lo hacen porque piensan científicamente que los latinos soportamos mas y mejor el calor que otros pueblos.

El calor exagerado no es bueno para nada ni nadie, y es uno de los verdugos de este trabajo.



...................En construcción..............................................

lunes, 2 de abril de 2007

CAPITULO TERCERO : LA PERDIDA.


Cierto es que hasta el mejor de los escribientes hecha un borrón..... y mancha. Una tarde en la que nos encontrábamos sentados en el comedor practicando el arte de la cena en “Trust”, tuvimos una llamada sobre un fuego originado en un lugar complicado.

Se trataba de dos arboles, escondidos en un meandro del río con dificultad para el acceso de vehículos. Era de noche. La complejidad radicaba en la posición de esos dos arboles en llamas.

Concretamente las once y media de la noche, del mes de Julio. Una oscuridad abierta, con estrellas en el firmamento, pero el camino rural, que deberíamos de coger para llegar al lugar indicado, no aprecia.

Gastaríamos una hora en la búsqueda. Cuando aparentemente localizamos el lugar, decidimos marcharnos por un camino que en su final se bifurcaba en dos y al elegir uno de estos dos, nos decidimos por el mas recto al fuego, que resulto ser una trampa de barro.

Nada mas escoger el camino, a unos diez metros, la hierba del mismo se hundió abatida por el peso del camión entre aproximadamente una cuarta de agua. Se clavó todo lo que pudo y dejó de andar.

El fuego frente a nosotros iba cogiendo poderío, y como si se burlara, practicaba destellos en la lejanía y dibujaba sonrisas de colores dorados. Nosotros atónitos desesperábamos. Ni las maniobras para retrasar el camión solo tres metros hasta lo seco, ni las comunicaciones con nuestro parque, ni el aliviar de peso todo lo posible el camión, ni pedir incluso un milagro, nos sacaba de esta situación. Solo nos dejaba, como únicos espectadores, observando, como el fuego, terminaba su existencia en esos arboles para abandonarnos lentamente pereciendo desde los ojos atentos de cinco bomberos con barro hasta las orejas y picaduras de mosquitos por todo el cuerpo.

El fuego se había consumado, y consumido. Habíamos sido testigos de todas las fases de la bestia y nuestra mala estrella había podido incluso hasta con nuestras comunicaciones. Era como si el mundo hubiera dejado a un lado este lugar, cobijado entre maizales y siembras. Era como si alguien nos castigase por intentar inventar lo imposible.

Menos mal que la noche era una de esas abiertas, con cielo de estrellas y serena calma. Menos mal que nosotros somos una trust sin complejos y valientes en nuestras decisiones y menos mal que apareció una buena estrella y con ella conseguimos contactar con Manolo, “el abuelo”, en el parque. Esto hizo posible el rescate, que apareceriera un segundo camión para sacarnos del apuro. Pero esto también es parte de la anécdota....

El segundo camión, pilotado por Pedro, “floro”, marchó por otro camino nocturno y consiguió pasar a unos cincuenta metros de donde nos encontramos. Sin querer el encontró el verdadero camino hacia los arboles ya quemados, pero eso si, al otro lado de un canal que nos separaba, por lo que no pudimos, en primera instancia, contactar.

Como no venía decidimos dejar allí el camión (¿quien se lo iba a llevar?...) y por el camino por el que vinimos, nos fuimos andando en busca de los compañeros que habían venido en nuestra ayuda. La aventura aún continuaba....

A unos tres Kilómetros por un oscuro camino, reventado a los lados por plantaciones de maíz verde, encontramos una granja abandonada, de la que salían, como de ultratumba, ladridos de perros invisibles. ¡Dios mio!, a saber si están o no atados....

Como nos empezamos a mosquear con tales ruidos y como no se veía a mas de dos metros de distancia, nos armamos de sendos palos con los que y en un momento determinado poder defendernos del ataque esperado de estos invisibles pero feroces perros salvajes que nuestra imaginación, en la penumbra de la oscuridad, formaba con dos cabezas, garras afiladas y un hambre sin fin de carne de bombero.

Era de foto nuestra imagen. Vestidos de bombero, con picaduras de mosquitos por todo el cuello, cara de mala leche, susto por todo el cuerpo y un palo de grandes dimensiones con el que agredir al primero que apareciese....

Con este son, llegamos cerca de donde se encontraba el otro camión. Este no podía pasar porque en el camino, figúrense, había un vehículo cubriendo todo el paso. Las puertas cerradas y una pregunta colectiva ...¿que hace este auto aquí?.

Luis, “el cabeza”, comenzó a registrar el mismo y mientras, Chema, Alberto, Luisito “el ciervo”, Elías y yo intentábamos empujar este vehículo hacia atrás, las llaves se cayeron, de la rueda delantera izquierda.

Por lo visto los cazadores dejan las llaves en un lugar determinado de vehículo impidiendo así que estas se pierdan durante la cacería. Eso nos salvó de poder mover con tranquilidad el vehículo. Pero esperen que hay mas ....

Luis abrió la puerta, con las llaves, y Elías intentó subir al coche. Pero al intentar entrar pegó un salto increíble, pues nada mas abrir el portón, de dicho todoterreno, un perro, que se encontraba en el interior del coche, le miraba, mas con asombro que con fiereza....¡Este no es mi amo!.

Las primeras risas de la noche comenzaron aquí y estas no serían las ultimas.....

Hacía calor, aún mas porque el maíz alto, de unos casi tres metros, no dejaba correr nada de brisa por el camino. La ropa de trabajo y la situación nos hacía sudar a las dos de la mañana y en el coche una botella de agua mineral.....

Por fin pudimos mover el vehículo y dejar libre el paso al segundo de nuestros camiones que nos llevó triunfantes al lugar donde dejamos el vehículo embarrancado.

Ahora podríamos comenzar las maniobras para sacar del barrizal el primero de nuestros sufrimientos.

Nos agolpamos como si no cupiésemos en el interior y por el camino que va a la ermita nos lanzamos tras habernos bebido la botella de agua mineral que apareció en el interior de todoterreno, hacia el otro camión. Digo que cuando el propietario volviese y se encontrase el vehículo en otro lugar y en su techo la botella vacía, no creo que pensara que había mantenido un contacto telemático con seres de otra galaxia. Pienso que se acojonaría entre el estupor de pensar que le estaban rodando para el “Inocente Inocente” ó que algún hijo de mala.madre se había escondido tras la faena entre las sombras de los oscuro, y que seguro tendría intenciones de volver con peores pensamientos....

El caso es que nosotros llegamos hasta el otro camión, lo sacamos con mucho esfuerzo y regresamos por el mismo camino cuatro horas y media después de lo previsto, parando a hablar con el propietario del todoterreno que seguro a partir de aquel día, no volvió, solo, a regar el maíz, por la noche.

martes, 27 de marzo de 2007

CAPITULO SEGUNDO :


EL MANDO INTERMEDIO, UN INSTRUMENTO, A VECES, DE TORTURA.

Siempre es bueno hablar de todo, e incluso es hasta sano hablar por hablar. De ahí que estas breves líneas que gasto aquí, las utilizaré para que entiendan que en todos los lugares de trabajo cuecen habas, aunque en algunos de estos, las habas, sean contadas.

Desgraciadamente el nivel técnico que se ha alcanzado, en este trabajo, elimina la posibilidad de andar por ahí jugando con la bestia. Amarga la improvisación. Ya cada uno sabe de su papel individual desde el momento en que entra a trabajar allá sobre las nueve de la mañana. Así cada uno de nosotros sabe cual es su obligación nada mas empezar y de ahí que el mando intermedio, se asegure que en la revisión de todo el material de trabajo (camiones, bombas, vehículos de apoyo, etc...) cada uno de nosotros, profesionalmente, certifique el estado optimo de las herramientas.

Por tanto si en el parte de salidas te encuentras asignado al grupo 1, tu revisión será principalmente de aquellos vehículos y herramientas correspondiente a la primera salida o grupo principal de salidas a siniestro. Si por el contrario, tu asignación se encuentra dentro del grupo 3, tu revisión se centrará en la Autoescala y el Vehículo de accidentes con su herraje correspondiente.

Todo esto viene determinado por el parte diario de salidas que confecciona el mando intermedio como lógicamente cree conveniente, intentando que de forma igual todos y cada uno de los componentes del turno pasen por todos los puestos de trabajo.

Este, es el mando intermedio instrumento. La tortura puede venir con él por otras muchas cosas puesto que como cada fuego es diferente y aunque se utilizan los procedimientos operativos (que diríamos es la organización del ataque a fuego) el mando intermedio es quien, en un momento determinado, puede cambiar el curso del trabajo, utilizando la imaginación.... todos depende de la psicología del intercepto y de su capacidad.

Como en todos los productos hay gusto para todo y o para todos. No siempre uno llega a coincidir con la forma de pensar de alguno de los compañeros que están enrredor. El mando intermedio es o debe ser otro compañero, pero a algunos la galleta les crea una pared insalvable entre lo que seria y lo que es...

Es inutil pensar que por tener mando y llevar en este trabajo mas de diez años la injusticia obligue a menospreciar lo justo. Que no se escuche, por ser superior en el escalafón, las apreciaciones de alguien cercano, simplemente por tener el dominio, y así se exprese gratuitamente sobre los demás, la negligencia, la falta de sociabilidad, el revanchismo y la inoperancia evitando que los demás que a veces saben mas, se expresen y con ello den gratuitamente teoria esencial sobre como acabar con algún mal y con ello esta información entre como un aliento nuevo y fresco que viene a engrandecer la sabiduría y el virtuosismo en el puesto ocupado, en el trabajo, frente a la bestia.

A veces los mas veteranos son los mas jóvenes y la vida no es mas que una y no se puede andar hacia atrás, solo. Hay que imaginar y con ello crecer en sociedad, dejando las torturas para aquellos que no han recibido aún la cultura del pensamiento, y de las libertades.

domingo, 11 de marzo de 2007

CAPITULO PRIMERO :

CAPITULO PRIMERO :

Mi Primer Fuego Profesional.

Ahora me viene a la cabeza mi primera prueba de fuego. Coincidió que era mi primer día de servicio, con mi turno. El uno. Hay tres por cada parque y las denominaciones son, o bien numeradas (uno, dos, tres) ó alfabéticas (a, b, c).

Ya llevaba cerca de siete años intentando trabajar como bombero, siete largos años de sufrir intensamente la lejanía de mi vocación. Pensaba que el destino me había confundido con otra cosa y sentía que mi propio yo se marcharía cansado de luchar contracorriente hacia otro cuerpo, como si Platón y su teoría de la trasmigración se cegasen en mi solamente para dejarme vacío de ganas de vivir lejos de lo que uno siempre pretende ser.

De repente y por azares del destino, incumpliendo toda ley física relativa a la mala suerte y colándome por el lugar idóneo, bien engrasado, me encontré con gentes que disfrutaban de este trabajo y como los que están a punto de morir y se ven desde una levitación, mi mente era incapaz de entenderme vestido de profesional, hablando con profesionales y sintiendo. Mi vida era una isla de felicidad con ganas de compartirlo todo. Me daba la sensación de comenzarla ahora. Y como nuevo iniciaría mi andadura en el ultimo de los puestos, lo que se denomina campana ....

El campana, obsea, el mas nuevo de todos, en su primer día, a modo de tradición, invita a comer a todos los compañeros que a la mesa se sienten. En este día era yo quien hacia de campana y por tanto de “paganini invitador”. Nunca en mi vida me había sentado tan bien un “convite”.

Mi sueño hecho realidad. Y la única lastima sería que no podría compartirlo con mi abuelo, ni poder explicarle a nadie cuales eran mis sentimientos tan aumentados es estos instantes precisamente por como, dónde y con quién me encontraba. ¿Ustedes han tenido alguna vez un sueño que se ha hecho real?. Creo que si. Entonces les será fácil entenderme.

Este era de los tres que he vivido el mas intenso y los otros dos anteriores lo fueron intensísimos, pero quizás estos dos pisaban áreas diferentes. Pertenecían a mi parte sentimental y no estaban cerca de mi yo. De ahí quizás venga la explicación de que conseguir a la mujer a la que se ama y con ella y fruto de un amor apasionado, tener un hijo maravilloso, tengan una intensidad diferente e incluso menor que ser bombero.

El día iba bastante bien, para comer tuvimos cordero y en la mesa, conmigo, todos los que conviven en el turno, salvo algunos que se encontraban librando.

Librar es descansar. Como hacemos turnos de veinticuatro horas de trabajo interrumpido, descansamos dos días siguientes al ya trabajado, volvemos a trabajar otras veinticuatro horas y ahora el descanso se amplia a cinco días. Con los que nunca se trabaja mas horas de las permitidas en todo tipo de trabajo, con la particularidad que al condensar el trabajo en días completos te queda mucho de tu tiempo libre para llevar una vida hoy por hoy envidiada.

Sigo...

La tensión originada por la espera desapareció rápidamente y enseguida aparecieron los primeros chistes y los comentarios repetitivos sobre la aparición de algún fuego, a media noche, al son de la frase ... “¡Esta noche hay una fiesta.!” cabecera de una canción de los años sesenta que aparece entrelazada en las mentes de los que superamos la cifra de los treinta años.

En todo el día no tuvimos mas que risas, entrenamientos, juegos y espera, mucha espera.

Justo después de la cena, comida a la que solo yo estoy invitado por mis compañeros, nos dispusimos a dar el paseo nocturno por el patio para rebajar un poco la ingesta, momento en el que sonó el teléfono.

Parecía una de tantas llamadas que la central de comunicaciones hace en comprobación de alguna cosa, pero ¡que va!, la Central daba aviso telefónico para dar la salida a la primera dotación, por la aparición de un fuego en una, en principio, fábrica de puertas de madera.

Había empezado la fiesta, esta noche..... y en la Bomba (camión de los bomberos) íbamos cuatro ya amigos. Miguel, Luis, Emilio y yo, el novato.

El siniestro se encontraba a unos cuarenta Kilómetros de distancia de nuestro parque, por lo que tardaríamos en llegar alrededor de una hora. Tiempo suficiente para colocarse la totalidad del equipo personal y estar preparado para lo que hubiese.

A unos 20 Km. del lugar ya divisábamos el umbral, por un destello claro de color amarillo rojizo que comenzaba a acelerar nuestras pulsaciones y a subir la adrenalina.

Quizás era ese fuego con el que todos soñamos nos ocurra algún día. Un incendio de grandes proporciones y una noche para velarlo.

A unos cinco Km. de distancia el destello era impresionante y nuestro asombro mayor. Como si hubiera salido el sol desde ese punto. El fuego, iluminaba el pueblo donde se encontraba enclavado y, al entrar, daba la sensación de encontrar, una verbena de fiesta patronal. Aún nos quedaba un tramo pequeño para llegar y hacíamos cábalas sobre como hacer las instalaciones de los tendidos de nuestro “mangaje” siendo tal el fuego y tan pocos nosotros.

Debíamos de haber llevado una cámara de fotos porque sería difícil explicar lo que estábamos viviendo y viendo.

Una curva y tras ella el fuego que cubría todo el negro de la noche y recogía, con su intensidad de luz, la iglesia del pueblo, sin quemarla, sin dañar sus piedras, solo la acariciaba levemente desde una prudente distancia.

Dios mío, que fuego. No era una fábrica de puertas, era el almacén de los despojos de madera de doce fábricas. Unas sesenta mil toneladas de esta viruta de maderas recogida en un montículo, durante años, por el que incluso existían calles por las que circular los camiones en el momento de las descargas de mas virutas y a las que habían asignado nombres o números.

Para que se hagan una imagen de la magnitud de dicho fuego éste tenía una longitud de unos mil metros, una altura de unos cinco pisos y una anchura de unos sesenta metros. Un imperio en madera. ¡Cuanto bosque ardía en llamas!.

Nuestra misión, ante la pequeñez de nuestra presencia, y las pocas posibilidades que teníamos de apagar esta gran bestia, no era otra que contener el fuego, darle una dirección y evitar con ello que se pasara a una nave contigua que contenía, en su parte central, un generador industrial de diez mil toneladas y un depósito de gasóleo de unos cuarenta y cinco mil litros. Además de evitar que el calor en su radiación incendiase un montículo de polvo de madera de grandes dimensiones paralelo al que estaba en llamas.

Para ello y sobre dos tendidos de cuarenta y cinco formamos dos grupos, Miguel y Emilio en uno Luis y yo en el otro. Entonces comenzamos a ver a otros servicios de bomberos de la zona (Villacañas, Ciudad Real y un camión de Protección Civil con dos voluntarios)... Ya estábamos todos...

El calor era abrasador y con ello la temperatura a una distancia de unos veinte metros excesiva para el cuerpo humano. Incluso con los trajes Bringston se hacía duro trabajar sobre esas distancias.

Tardamos en tener con nosotros un mando que nos dirigiese durante la, digamos, primera fase que siempre es la mas importante, porque trata de la organización de los tendidos y la clasificación de los grupos de trabajo. Esto lo montamos nosotros para hacer una primera exploración y ataque a fuego en la zona asignada.

No se me olvidará la visión de Emilio y Miguel introduciéndose por un esquinazo de la nave hacia el deposito de Gasóleo. Parecía como si el fuego, hambriento, se los engullese rápidamente sin poder rescatar ni tan siquiera el bulto de sus contornos.

A medida que llegaban al lugar indicado Luis y yo nos preparábamos para hacer una segunda incursión al mismo lugar relevando así a estos dos.

Calculo que las incursiones duraban entre quince y dieciocho minutos contando con la ida y la vuelta. Momentos en los que el ruido atronador del fuego nos cobijaba haciendo de las palabras un mera anécdota de sonidos despreciables. El cielo, negro, iluminado y la luz de diferente color a la del día. Un espectáculo que atrae hacia el interior, como si en el centro de la bestia se encontrase en vez del olvido, el cielo o la virtud del mejor lugar.

A Luis y a mi en una incursión nos dio un golpe de calor. Creo que pudo ser por quedarnos entre dos fuegos sin agua y volver hasta la Bomba despacio, como si no tuviera importancia. Esta novatada nos hizo pasar mucho calor gratuito.

Mareo, dolor de estómago, sueño, apatía y vómitos eran los primeros síntomas. Los otros dos colegas, nos relevaron, doblando en las incursiones hasta que un poco recuperados volvimos al ataque mas por el gusto de este trabajo que por el cuerpo que se nos había quedado.

Una hora mas tarde de llegar nosotros apareció el único mando que veríamos en toda la noche. Un tipo majo, Acisclo. Hombre ya curtido, profesional de su trabajo, valiente y creo que entendedor del sentir de los demás. Con él, todo este trabajo no adquirió tensión y como lo único que debíamos hacer era contener, pues contuvimos, contuvimos y contuvimos.

La noche no se hizo demasiado larga, mas me hubiera gustado a mi, pero el tiempo no perdona y con el paso de las horas dieron las once de la mañana y vino el relevo. Otros compañeros, otra historia, otros ímpetus, otra ilusión.

Quizás la imagen que al paso del tiempo aún perdura en mi conciencia es la que correspondió a la salida del sol, tras la aparición de la luz. Me recordó el título de una novela preciosa de John Steinblek, “al este del Edén”.

Háganse una idea. El sol, como un gran plato amarillo que se esconde detrás de una pared, iba apareciendo, lentamente, como si quisiera ser visto con todo lujo de detalles. Y con él, una claridad espantosa que se posaba sobre el fuego y pintaba las brasas de tintes plateados y grises. Parecía una reunión gitana donde primos lejanos se unen para cantar a Dios, sus “cansiones” y deleitar al espíritu con bailes de huesos femeninos al son de muchas palmas. Minutos después el Sol entero hacía de fondo de escenario para la bestia que daba la sensación de encontrarse feliz entre tantos tonos de luz, haciendo incluso competencia a la claridad con sus largas llamas.

Y así durante ocho días que duro el fuego. Hasta que la bestia dejo de echar, de escupir calor, luz. Y como nos tiene acostumbrada la vida, la gran hoguera se durmió cansada, entre vanidades, después de tantos días de batalla. Porque entre tantos límites, hasta el mas feroz busca el descanso.....

En el eterno preocupante, que existe en todos y cada uno de los individuos, hay un otro yo que se limita a reescribir todo lo que los sentidos recogen en su paso por el tiempo. Quizás las imágenes de lo acontecido no quepan en el tapiz del escribiente y sea duro comprimirlo para almacenarlo con mas recuerdos. Quizás otros momentos, mas digamos cortos, desplacen a los ahora contados sin necesidad de expresar, en el movimiento, ni un solo impulso de rabia....

.... a mi me encantó.

viernes, 9 de marzo de 2007

EL TRIÁNGULO DEL FUEGO

En realidad se denomina tetraedro del fuego, puesto que, sobre él, confluyen cuatro elementos que con su unión forman el fenómeno de la combustión.

De ellos los mas comunes y no mas importantes son los tres que forman con su unión un triángulo con tres caras donde situaremos a tres de los cuatro referidos. Estos “elementos” son el combustible, el comburente y el calor.

El combustible es el material que arde. El comburente, en la mayoría de los casos, el oxígeno del aire. Y el tercero el calor, o energía de activación (tales como chispas eléctricas desprendidas de soldaduras, chispas mecánicas, fallos eléctricos,...etc., que se manifiestan en forma de calor provocando la inflamación). Pero si se dan cuenta habíamos hablado de cuatro elementos...

El cuarto elemento descrito en la introducción, es la reacción en cadena. Es decir, la transmisión del calor de unas partículas a otras del propio combustible.

Así, si se interrumpe la transmisión, se corta el incendio.

Ahora ya sabemos contra quien jugamos y sus divisiones. Y aunque es todo mas complicado para todos, incluyendo a los profesionales, esto nos dá una leve noción para respetar las historias teniendo un mejor conocimiento.

CAUSAS MAS FRECUENTES DE LOS INCENDIOS

Coincidiendo con las estadísticas elaboradas por la N.F.P.A. y la F.M. ,¡perdón! me explico, con la National Fire Protection Association y la Factori Mutual, los porcentajes de fuegos hacen que saquemos una subdivisión bastante fiable de 11 familias de fuentes de ignición. Estas 11 causas y sus porcentajes de aparición son :

Electricidad estática 2%

Materiales Recalentados 3%

Soldadura Y Corte 4%

Llamas Abiertas 5%

Chispas de Combustión 6%

Superficies Calientes 7%

Ignición Espontánea 7%

El “Fumar” y los Fósforos 8%

Chispas Mecánicas 12%

Fricción 14%

Incendios Eléctricos 19%

Hay un 5 % de causas que aparecen incluidas en una sola familia y que contienen incendios por Rayos, por acciones químicas, premeditados y de este subtotal un 1 % aproximadamente tiene como causas las indeterminadas.

No es intención, causar pánico entre los lectores, al hablar sobre la facilidad con la que puede aparecer la bestia. No, pero esta muy fácil, puesto que todos, en casa, por comodidad, hacemos dejación de las normas que aparecen en cada objeto y que al no respetarlas multiplican las posibilidades de incendio. La mayoría son causas de tipo eléctrico, pero hay otro compañero de viaje importante, las cocinas (campanas extractoras, calentadores de agua a gas, comidas olvidadas, gas suelto, etc...).

El tabaco, los juegos que de niños hacemos por la curiosidad de encender algo. El experimento, el agua fuerte y sus intoxicaciones, las medicinas y un largo abanico de productos peligrosos.

La vida no se reserva el derecho a defender a los mas débiles o inocentes criaturas que no entienden del poder del principio de causalidad. Todas las generaciones hemos y estamos aprendiendo a base de malas ejecuciones que en la mayoría de los casos nos hacen perjuicio propio o ajeno. En algunos de ellos, tenemos la oportunidad de enmendar el entuerto para que no exista una próxima vez. En otros, por desgracia, no existe la opción de una segunda oportunidad y lleva a un ser humano hacia la desaparición sin posibilidad de experimentar las dulces sensaciones, que la vida nos brinda con los brazos abiertos, hacia infinitas posibilidades de ser feliz dentro del entorno natural.

Como consejo decirles que no viene de mas tener en casa una alarma de fuego, son económicas y aunque no apagan los fuegos si que nos anuncian su inminencia....